La revolución centralista de 1843 en Vigo

 


Entre el 23 y el 24 de octubre de 1843  Vigo se pronunciaba “para salvar a España de la tiranía” de “ese poder apóstata y traidor que asesina la revolución”, y enarbolaba “la santa bandera de JUNTA CENTRAL, levantada por la heroica Barcelona”.

Justo al mismo tiempo, al otro lado de España, la ciudad de Zaragoza, en revolución desde el 17 de septiembre por el mismo motivo, se veía obligada a capitular ante el ejército de Concha, tras mes y medio de asedio y bombardeo.

Desde Vigo llamaban a levantar toda Galicia y cruzar a Castilla donde romperían “las cadenas que oprimen el cuello de los patriotas madrileños” y hundirían” en el polvo los esclavos del tirano del Sena”, en referencia al partido moderado y el apoyo que recibía del rey francés.

A las 2 de la tarde del 23 de octubre, al grito de “libertad ó muerte” tomaron el ayto. de Vigo. En el sorpresivo asalto resultaron heridos 2 milicianos, un oficial y 16 soldados gubernamentales. Las autoridades civiles y militares se retiraron con a los fuertes.

El día 26 salieron dos columnas de 500 hombres a Bayona y Tuy para extender el movimiento revolucionario. A la vez hacía su entrada en Vigo el general Iriarte –esparterista-. La fragata de guerra "Constitución" y El Ferrol, se declararon también por la Junta Central en la jornada del 25; y esa misma noche, el castillo del Castro fue asaltado por los rebeldes vigueses, resultando varios heridos.

A pesar de un éxito inicial, el pronunciamiento gallego fue frenado y Vigo, sitiada, se vio obligada a capitular el 11 de noviembre. Así, tras aplastar la rebelión en Galicia y Aragón entre fines de octubre y noviembre, los moderados se hacían fuertes e iniciaban una represión.

Ya solamente les quedó tomar Barcelona, Gerona y Figueras, donde resistían los revolucionarios. Se proclamó mayor de edad a Isabel II y los moderados quitaron a los gobiernos progresistas títeres de López y Olózaga. Narváez se haría con el poder en 1844.


Daniel Aquillué Domínguez


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