Si me preguntas por Zaragoza...


A veces me preguntan qué se puede ver, dónde comer y dónde ir en Zaragoza, mi ciudad, la cual conserva mucho patrimonio histórico a pesar de los estragos causados por la piqueta. 

Así que aquí van algunas recomendaciones, según mi criterio personal.

Lo primero, ¿qué ver?

Para mí son indispensables tres lugares, reflejo de un legado histórico monumental:

El palacio de la Aljafería, combinación de arte andalusí, gótico, renacentista y de época moderna.



La Seo de San Salvador. La catedral original de Zaragoza. Su altar mayor con policromía del siglo XV es una joya, tiene capillas renacentistas y barrocas y en el exterior destaca el sublime muro mudéjar de la Parroquieta. Y no os dejéis de ver el espléndido Museo de Tapices


El teatro romano y su museo. Fue un imponente edificio de la Caesarugusta romana, de época flavia (s. I. d. C.). 


A eso hay que sumar la basílica del Pilar, que más allá de la Virgen es precioso el retablo del altar mayor, de Damián Forment. Os recomiendo subir a la torre y disfrutar las vistas de la ciudad. 

En cuanto a los museos, tenemos unos cuantos, algunos ya mencionados. 

El Museo Provincial de Zaragoza, en la plaza de Los Sitios (donde está el monumento de Querol), tiene cascos celtíberos, mosaicos romanos, una buena colección de arte gótico, pintura de Goya e historicista del XIX. 


El Museo Goya Camón Aznar, en calle Espoz y Mina, también alberga una buena muestra de arte, con obras de Francisco de Goya. 

Y si os gusta la escultura, no os podéis perder el Museo Pablo Gargallo, en la plaza San Felipe. 

Por último, si queréis ver el impacto de la guerra, de los Sitios de Zaragoza de 1808-1809, id a la esquina de calle Doctor Palomar con calle del Pozo, donde encontraréis una casa de ladrillo acribillada a balazos españoles y napoleónicos en febrero de 1809. También podéis acercaros a la Puerta del Carmen, aunque está asfixiada en medio de una rotonda...


También podéis ir a ver la Real Maestranza, la Lonja, el puente de piedra, el patio de la Infanta, el foro romano, la iglesia de Santa Isabel, el Mercado Central, las murallas romanas, medievales y de 1808... y mucho más. Eso a nivel monumental, histórico y artístico. 

Pero también podéis comer bien por Zaragoza. Un chocolate con churros en La Fama, ternasco en El Fuelle, unas buenas tapas en El Tubo o en plaza Santa Marta, unas alcachofitas con foie o madejas en El Clavel, buenos pasteles en La Flor de Almíbar o en La Almolda, un menú vegetariano en el Baobab, un café en una antigua joyería decimonónica en calle Alfonso, en Doña Hipólita, La Bendita o en el modernista Pasaje Ciclón.


Daniel Aquillué


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