Mujeres durante la Primera Guerra Carlista 1833-1840




Este es un tema que trato en parte de mi libro Armas y votos. Politización y conflictividad política en España, 1833-1843, aunque me habría gustado profundizar más.


Primero, debemos señalar que a mediados del siglo XIX se están intentando imponer unos roles de género concretos, basados en la teoría de la diferencia de esferas: la pública (política-guerra) reservada al hombre, la doméstica-privada a la mujer convertida en "ángel del hogar".

Comencemos por una mujer convertida en mito, más concretamente en Mártir de la Libertad Española: Mariana Pineda. Detenida el 18 de marzo de 1831 por conspirar a favor de los constitucionales y acusada de poseer una bandera liberal con el lema “Libertad, igualdad, ley”, fue  “inmolada con escándalo de toda Europa” por garrote vil en Granada el 26 de mayo de 1831, a la edad de 26 años. Por cierto, no puedo sino recomendar la serie "Proceso a Mariana Pineda" (1984) de RTVE.


¿Y por qué hablo de Mariana Pineda si al estallar la Guerra Carlista llevaba dos años muerta? Porque fue convertida en mito, formando parte de una cultura política liberal que nutría la retaguardia isabelina. Muestra de ello son las publicaciones de esos años. En mayo de 1836 aparece el poema "Mariana Pineda o el último día de la Hermosa de Granada" en la que se la enlazaba con Padilla y Riego. Y acababa señalando que "MARIANA vivirá perpetuamente en la noble memoria de los buenos”. Además, desde 1839, el ayuntamiento de Granada estableció una fiesta cívica en su honor. Y ese año pusieron la primera piedra de un monumento en honor de Mariana Pineda.

Pero España estaba en guerra civil. No bastaban heroínas muertas. Las mujeres defendieron con armas en las manos sus pueblos y ciudades frente al carlismo. Pronto, la prensa se hizo eco de algunos de estos casos. Veamos algunos casos.


Montalbán (Teruel) fue asediado por los carlistas de Cabrera en 1839, resistiendo varios ataques. Destacaron en su defensa 49 mujeres, esposas de los milicianos nacionales. En particular, se señala a dos: Doña Florencia y María Cirugeda.

Doña Florencia es descrita como "culta pero ciegamente entregada a las patrañas de la libertad” “logró hacerse con el mando”, ejerciendo de facto como gobernadora de los 500 soldados, la Milicia Nacional y las “monstruosas mujeres”. Dirigió el fuego desde la de la torre hasta que fue herida. La otra heroína destacada, Mariana Cirugeda tenía 22 años y “se batió como el más valiente de los hombres” armada de fusil. Cuando la noticia llegó a Zaragoza pronto la compararon con las heroínas de 1808.


En Olot, en 1837 se presentó voluntaria para combatir por la Reina una joven de 18 años: Luisa Casiñol. Se cuenta vestía gorra, blusa y pantalón. Luchó como un soldado más, armada con carabina, siendo “llamada Luis por sus compañeros”.

Junto a las heroínas, tuvieron un papel importante las viudas. Estas podían serlo de ilustres generales como Juana de Vega lo era de Mina, de milicianos caídos como las de Bilbao o del Cinco de Marzo o de víctimas del despotismo moderado como el caso de las viudas de Comares. Ellas adquirieron un rol relevante como actoras políticas por sí mismas y como guardianas del legado y memoria de sus maridos mártires de la libertad, siendo objeto además de atención, homenajes y recompensas.


María Castillo y Ana Cabezas eran las viudas del alcalde y de un notable del malagueño pueblo de Comares, los cuales murieron en la prisión ordenada por el moderado Capitán General Palarea. Viajaron a Madrid para pedir justicia y se convirtieron en símbolos de la libertad.

Otros casos de viudas activamente políticas los encontramos en pueblos zaragozanos. Mª Antonia Marco denunciaba en 1840 ante el Jefe Político que en Villalengua “se trata de perpetuar poco menos que una sola familia en los empleos de concejales”; y por otro, Pascuala Monguilan, de Ibdes, “afecta al sistema constitucional” se veía implicada en conflictos locales, amenazada por “personas desafectas” que llegaron a atacar su vivienda en 1841.

Estas intervenciones de mujeres en política no gustaban a gente como el misógino y alarmado moderado Gabriel García y Tassara quien escribió "la politicómana" en Los españoles pintados por sí mismos, llegando a decir “que se les fusile” porque -según él- la política no debía ser cosa de mujeres.

Otras mujeres caían víctimas de los desastres bélicos, siendo dos fusiladas por los carlistas en Torrente de Cinca el 17 de noviembre de 1837  –al igual que lo había sido la madre de Cabrera un año antes-. O se ejercía una violencia específica de género como con Josefa Garbizu a la cual los carlistas le  raparon la cabeza y pasearon por todo Bera, emplumada encima de un burro, y lo mismo con Manuela Etxegoien, de Irún, y con otra de la vecindad de Goizueta, imputándoles ser espías.


Tampoco podemos olvidar que la jefatura del Estado la tenían en esa época dos mujeres: la Reina Isabel II y su madre, María Cristina de Borbón, Regente. También debemos tenemos presente la importancia política y militar de la logroñesa Jacinta Martínez de Sicilia, Duquesa de la Victoria, quien financió a las tropas de Espartero, al que también aconsejaba. 

Daniel Aquillué Domínguez

Bibliografía:

Mónica BURGUERA: Las damas del liberalismo respetable…

Isabel BURDIEL: Isabel II...

Isabel MORANT (Dir.): Historia de las mujeres en España y América Latina...

Aurelia MARTÍN CASARES y Manuel MARTÍN GARCÍA (eds.): Mariana de Pineda...

Irene CASTELLS, Gloria ESPIGADO y María Cruz ROMEO (coords.): Heroínas y patriotas...

Isabel BURDIEL y Manuel PÉREZ LEDESMA (coords.): Liberales, agitadores y conspiradores…

Raúl MAYORAL: El Cinco de Marzo…

Mark LAWRENCE: “Las viudas de Comares".

Mª Cruz ROMEO: “Domesticidad y….”

Wilhelm von RADHEN: Cabrera...

Adrian SHUBERT: Espartero…


Fuentes: ADPZ, Eco del Comercio. 

Imágenes: distintas obras de la década de 1840 y web del Museo Zumalacárregui


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