Me voy a dejar muchas cosas en el tintero, pero espero que os sea de interés este repaso. Me permitiréis que lo inicie con dos citas referidas al periodo central del XIX español.
El “sector más descuidado de la
historiografía española”. Así se refería el historiador José María Jover a la
época isabelina, allá por 1974. Y con dicha cita comenzó la historiadora María
Cruz Romeo su comentario bibliográfico sobre la política en tiempos de Isabel
II en 1998.
Algo más optimista es Raquel
Sánchez en un estado de la cuestión sobre la revolución liberal en España,
planteando todos los avances historiográficos “a pesar del casi absoluto
predominio del siglo XX”.
No hay más que echar un vistazo a
los números de la revista Ayer, publicación de la Asociación Historia
Contemporánea, así como las mesas y comunicaciones en los congresos de
Contemporánea organizados en España(por cierto, han subido abusivamente el
precio de las inscripciones): escasea el XIX.
Y sí, el texto va a tener una
visión eurocentrista y muy hispanocentrista (limitaciones que tiene uno).
La profesionalización de la
Historia como ciencia se da en el XIX, con Leopold von Ranke. Es tiempo del
positivismo, de apegarse al documento… y a la vez reinterpretar todo el pasado
en clave nacionalista. Es la época posrevolucionaria de hegemonía liberal y nacionalista,
aunque le confrontan los postulados marxistas que también se desarrollan
entonces.
Autores del XIX (liberales y
nacionalistas) fueron Guizot, A. Pirala, Toreno, Michelet, M. Lafuente… que
defendieron sus respectivas creaciones nacionales y el liberalismo, ya fuera
mitificando el pueblo francés de 1789, enlazando Numancia y 1808 o narrando la
guerra carlista.
Saltando al siglo XX, nos
encontramos a autores clásicos franceses que se centraron en la Revolución
Francesa, ya fuera A. Mathiez con sus cultos revolucionarios o Soboul y esa
historia enfocada sobre los sans-culottes.
En Reino Unido es imprescindible
destacar a los clásicos marxistas británicos: Hobsbawm, E. P. Thompson y G.
Rudé. Las eras de la revolución, del capital y el imperio de Hobsbawm,
las revueltas del capitán Swing, la economía moral de la multitud, los rostros de
la multitud en la Historia.
Autores clásicos españoles son Miguel Artola con sus afrancesados, Gil Novales con sus estudios sobre el Trienio Constitucional, Josep Fontana con su quiebra de la monarquía absoluta, José María Jover, Carlos Seco Serrano…
En la visión clásica del XIX
español predominó la línea liberal, visiones teleológicas y un regusto de
teorías del fracaso y excepcionalidad españoles (revolución y estado liberal,
nacionalización, industrialización: Riquer, Nadal etc.) que ya han sido
contestados y superados.
Antes de volver sobre España, un
libro sobre violencias en la revolución Francesa que me parece interesante: Las
furias de Arno Mayer. Sobre el tema de las violencias en la historia se
realizó con congreso de la AJHIS en Salamanca 2015.
La Guerra de Independencia
Española ha sido el periodo más estudiado del XIX español, pues el mito
nacional fundacional. La mayoría de investigadores lo han tratado. Citaré aquí
a tres grandes hispanistas: Jean René Aymes, Ronald Fraser y R. Hocquellet.
La Constitución de 1812 marcó
otro hito que ha centrado mucho interés. Sobre ese liberalismo gaditano:
Alberto Ramos Santana, Diego Caro Cancela, Portillo Valdés…
Del otro lado, los afrancesados.
Artola abrió la vía de investigación, hispanistas como Gerard Dufour o Jean
Philippe Luis han trabajado a distintos personajes afrancesados y su cultura,
así como López Tabar.
Y un campo de estudio más
reciente en España lo supone la historia pública de la Guerra de independencia,
con el grupo coordinado por Rafael Zurita.
Al acabar la Guerra de
Independencia, se produjeron los dos primeros grandes exilio contemporáneos en
España: afrancesados y liberales. Hay que destacar las investigaciones de Juan
Luis Simal al respecto.
La contrarrevolución hispánica,
el absolutismo, su brazo armado de 1823 (los Voluntarios Realistas), el
carlismo han sido tratados por Pedro Rújula, Jordi Canal, Álvaro París, Josep
Escrig, A. Dupont, Ramón Arnabat o Butrón Prida.
El constitucionalismo
decimonónico ha sido tratado desde la historia del derecho por Joaquín Valera
Suanzes-Carpegna, Roberto Blanco Valdés; y desde la historia, como Juan Pro,
que ha trabajado la construcción del estado.
El liberalismo, que es la cultura
política dominante en el XIX, ha sido investigado, por muchos de los
mencionados. Destaca la U de Valencia, con Mª Cruz Romeo, o en Barcelona Jordi
Roca Vernet, discípulo de Irene Castells (la autora de La utopía
insurreccional del liberalismo).
Junto al liberalismo, el nacionalismo es la otra gran ideología dominante (y creada) en el XIX. Ahí podemos consultar el clásico de J. Álvarez Junco, los más recientes estudios de Ferrán Archilés o, para el caso francés, Anne Mª Thiesse.
Y aunque el XIX sienta las bases
de nuestro mundo contemporáneo, los conceptos evolucionan, cambian. Por ello,
no está de más recurrir a diccionarios de conceptos, a la historia conceptual
de Javier Fernández Sebastián y Juan Francisco Fuentes.
Para la conquista del poder por
el liberalismo fue clave la G. Nacional en Francia y la Milicia Nacional en
España. Hay investigaciones de R. Dupuy para el caso francés y, para el
español, Sisinio Pérez Garzón para Madrid, G. Herrero Mate para Pamplona o H.
Lafoz para Zaragoza.
Y, además, en las construcciones
identitarias y políticas del XIX se precisaban de héroes. Cuestión estudiada
para el caso español y mexicano en una obra dirigida por M. Chust Calero. Por
su parte, Alberto Cañas compara Napoleón, Espartero y Prim.
El género biográfico tiene larga
tradición, aunque se empezó a renovar en los años 90. Ahí están las biografías
de Prim y Romanones de Pere Anguera y Moreno Luzón. A nivel europeo, la
biografía de Garibaldi de Lucy Riall marcó un hito ya en los 2000. Emilio La
Parra biografió a Godoy y, recientemente a Fernando VII, Isabel Burdiel a
Isabel II, Eduardo Higueras a Ruiz-Zorrilla, Víctor Sánchez a Riego y Adrian
Shubert a Espartero.
En temas de género tenemos a
Mónica Burguera, María Sierra, Pilar Pérez-Fuentes Hernández, Cristina
Borderías, María Zozaya, la UPV…
Para la nueva historia militar
podemos recurrir al clásico J. Keegan y su capítulo sobre Waterloo o a los
trabajos de Jean-Marc Lafon, David Bell, Esdaile... Y también véase la RUHM.
Sobre cuestiones electorales en
la España decimonónica, isabelina o de la Restauración, tenemos algunos
estudios regionales como los de Gregorio Briz, José Mª Incausa, Francisco Coma,
Margarita Caballero, o sobre leyes, Manuel Estrada.
El republicanismo español del XIX
ha sido investigado por Florencia Peyrou o Ester García Moscardó, quien ha
trabajado la figura de Roque Barcia. La protesta popular en la Restauración,
que en tiempos se vio como una balsa de aceite, fue trabajada por Víctor Lucea.
Por el contrario, en la cúspide
social, la corte y su entorno es estudiado por Raquel Sánchez y D. San Narciso,
mientras que la imagen proyectada por la monarquía ha sido trabajada por Carlos
Reyero, desde la historia del arte.
Porque la imagen, la apariencia
no es baladí. La cultura burguesa la ha investigado Jesús Cruz o la vestimenta
como significación política y social, Gabriel Di Meglio (caso argentino de las
primeras décadas del XIX).
También hay que señalar autores
que comparan España con el resto de Europa. M. Santirso ofrece clarificadores
datos e Ignacio García de Paso sitúa a España en un amplio ciclo revolucionario
europeo de 1846-49. También el libro coordinado por N. Townson ¿Es España
diferente?.
Sobre el fin de siglo XIX, la
última Guerra de Cuba, la de 1895-1898, me pareció muy sugerente el libro de
John Lawrence Tone, aunque hay otro libro de Elorza y Hernández Sandoica.
Sobre historia de la Francia del
XIX tenemos al clásico de Godechot sobre la Europa napoleónica, el de Stuart
Woolf o, más recientes, los trabajos de Jean-Claude Caron, Mauricio Gribaudi o
Mathilde Larrére. En español, Roberto Ceamanos sobre la Comuna de París de
1871.
Intentando una historia total,
tenemos la monumental obra de Jurgen Osterhammel La transformación del
mundo: una historia global del siglo XIX y El Imperio del algodón de
Sven Beckert.
Siguen en curso investigaciones
sobre el XIX. Por mencionar ejemplos: M. Garcés investiga la información en
1808, E. Collado biografía a O’Donnell, D. Albaladejo acaba de defender su
tesis sobre 1808-14 en Murcia y H. Siou sobre el “numanitinismo” en la construcción
nacional.
Y, finalmente, mis trabajos (un
poco de autopromoción): revolución liberal, cultura política progresista,
politización popular, guerras de la independencia y carlista… (y hay próximas
publicaciones).
Daniel Aquillué Domínguez
Nota: originalmente esto fue un hilo de Twitter que se puede consultar clickando aquí.
Me encanta el blog, gran trabajo.
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