En el fin de semana del dos de
mayo me he vuelto a ver la serie Los desastres de la guerra
(Mario Camus, 1983) que está completa en la web de RTVE. Es una producción magnífica para acercarse al periodo histórico de 1808-1814
conocido como la Guerra de la Independencia.
A través de personajes
como Goya, Napoleón, José I, Fernando VII, el general Hugo y el Empecinado,
nos trasladamos a la narración de una convulsa época de conspiración, guerra y
revolución. Constantemente, la serie hace honor a su nombre, evocando la obra
artística de Francisco de Goya y Lucientes. Refleja, no cabe duda, la
realidad más cruda de la guerra, sus desastres. Junto a ello, los distintos personajes
están caracterizados tal y como los retrató Goya en sus óleos. Hay una
evocación omnipresente de la estética visual clásica sobre la Guerra de la
Independencia. En cuanto al discurso histórico, es el de la historiografía
clásica de los años 70 y 80, en un guión que recuerda a historiadores clásicos
como Gil Novales, Artola o Jover.
En las líneas siguientes voy a
compartir imágenes de la serie junto a las posibles fuentes artísticas
que las inspiraron y a las que evocan.
El Napoleón Bonaparte de
la serie aparece generalmente tal y como lo represento Jacques-Louis David en El
emperador Napoleón en su estudio en las Tullerías (1812).
En otra escena, antes de la
batalla de Somosierra, Napoleón aparece sobre un caballo blanco y ordenando el
ataque, en un gesto que recuerda a otro famoso cuadro.
Su hermano, el rey José I aparece
varias veces como en su retrato de 1808 que le hizo Jean Baptiste Joseph Wicar.
En el primer episodio de la serie
ya podemos ver una explícita referencia a un grabado de los Desastres de la
guerra de Goya: Tristes premoniciones de lo que ha de acontecer.
Francisco de Goya, en sus apariciones
nos recuerda a sus autorretratos, peo quizás más a este retrato que le pinto
Vicente López Portaña en 1826, y que se encuentra en el Museo del Prado:
El rey Carlos IV aparece
por primera vez en una típica escena borbónica de caza, en lo que parece una
escena del “segundo” Goya, de sus inicios como pintor de corte tras sus inicios
en Zaragoza y paso por Italia. Es el Carlos IV en traje de caza que pintó Goya 1799:
Murat el gran Duque de
Berg, mariscal de Napoleón y quien aspiraba al trono de España pero su gestión
del motín del Dos de Mayo en Madrid le perdió. Es reflejado como el que pintó François
Pascal Simon Gérard en 1801: Joachim Murat (1767-1815), representado en
uniforme de húsar.
Juan Martín Díaz el Empecinado
fue uno de los primeros guerrilleros, pero acabó dirigiendo no una partida sino
una división. También fue retratado por Goya. En la serie tiene gran protagonismo.
No solamente es recreado visualmente, sino que también se recurre a la
literatura y a la producción televisiva.
Hay imágenes del Empecinado que
cuesta diferenciar de la serie Curro Jiménez (1976). Ayuda que sean
el mismo actor, Sancho Gracia.
Además, esta frase: "Lucho
contra el territorio, lucho contra la geografía, contra el país" le
dice el general Hugo al rey José. Parece sacada del Episodio Nacional de
Benito Pérez Galdós, Juan Martín el Empecinado (1874).
Dejamos, por el momento, a los
personajes, y pasamos a los acontecimientos. No podía faltar la icónica carga
de los mamelucos, El dos de mayo de 1808 en Madrid (1814) que
pintó Goya.
Pero frente a los “momentos
heroicos”, la serie nos devuelve a los desastres de la guerra, una vez
más, evocando los grabados de Goya: “Caridad”.
La única batalla que aparece
explícitamente en la serie es la de Somosierra (30 de noviembre de 1808),
la cual abrió las puertas de Madrid a la Grande Armée.
Esta batalla se hizo famosa por
la temeraria carga de la caballería polaca frente a la artillería
española:
Por cierto, el ejército
regular español aparece correctamente representado. Posiblemente sus
fuentes visuales sean tanto las láminas de 1807 que se hicieron sobre
las tropas de la expedición del Marqués de la Romana en territorio germánico y
en Dinamarca, como el Álbum de la infantería española del conde
de Clonard (1861).
Tanto la infantería de 1808:
aparece Infantería de Línea (un uniforme similar a, por ejemplo, el Regimiento
de Voluntarios de Madrid) como Milicias Provinciales o Infantería Ligera
(Barbastro o Voluntarios de Aragón).
Como la infantería de 1814:
Y la real artillería:
Tras la campaña del otoño de
1808, Napoleón creyó dejar asentado en el trono a su hermano. Este hizo llamar
al general Hugo, quien le había servido en Nápoles. El padre de Víctor
Hugo, el famoso escritor, tiene un papel clave en la serie, en un duelo
permanente con el Empecinado. Aparece como en el retrato General Joseph
Léopold Sigisbert Hugo (1773–1828), de Julie Hugo:
La guerra de guerrillas y de
contraguerrilla desatada entre 1809 y 1813 fue brutal, en una espiral de
represión que, sin duda, inspiró los desastres que grabó Goya: “Grande
hazaña ¡con muertos!” y “Tampoco”.
Y como en cualquier conflicto,
los refugiados: “Y esto también”.
La terrible hambruna de
Madrid en 1812 también es reflejada: “Carretadas al cementerio”.
Pero en medio de toda la guerra,
la revolución. Trae Cádiz a colación de la copla popular de “Con las bombas que
tiran los fanfarrones se hace las gaditanas tirabuzones” y nos presentan las Cortes
de Cádiz en 1812, imagen que es difícil no asociar al óleo de
Casado del Alisal, si bien este representa las Cortes en la Real Isla de
León en 1810.
No vemos en pantalla la
promulgación constitucional en Cádiz, pero sí al Empecinado realizando el acto
protocolario de promulgación de la Constitución en un pueblo. La
escenografía sí nos evoca el cuadro de Salvador Viniegra La promulgación
de la Constitución de 1812 (1912).
Y ya pasamos hacia el final de la
serie y de la Guerra de la Independencia. Entra en escena Lord Wellington,
con un atuendo como el que pintó Goya en 1812-1814. Interesante resulta el debate
entre el general Villacampa (liberal) y Wellington (más reaccionario que
liberal), hablando de la Constitución. Esta serie tiene muchos matices
fantásticos.
Con la batalla de Vitoria
(21 de junio de 1813) cierran la guerra. No sale el combate, sino lo que pasa
después. Los muertos, el saqueo de cadáveres, devolviéndonos a la desastrosa
realidad de lo bélico. Y como no, de la mano de Goya: “Aún podrán servir”.
1814: acaba la guerra y regresa
Fernando VII “el deseado”.
Un detalle: me encanta que hayan
puesto banderas españolas correctas. No como en una superproducción con
dinero público de mal recuerdo, en donde llenaron el Madrid de 1808 con
rojigualdas. Sería que el Manzanares convertía a la villa y corte en plaza
costera...
José de Palafox (que
también estuvo preso en Francia desde 1809) acompaña a Fernando VII en su
regreso en 1814. Una vez más, ambos evocan los retratos de Goya.
Las entradas que realiza Fernando
VII en carroza, recuerdan a los cuadros de su viaje de regreso: el Paso del
río Fluviá por Fernando VII en su regreso a España (Miguel Parra, 1814) o
Entrada triunfal de Fernando VII en Zaragoza (Miguel Parra, 1818).
Sacan a Palafox cuando insinuó a
Fernando VII que quizás igual debiera jurar la Constitución... Finalmente,
aparece el cardenal Luis Mª de Borbón, nuevamente, bien caracterizando
casi calcando el retrato que le hizo Goya:
Para finalizar, dejo algunas
frases de la serie:
"Este hombre es Voltaire a
caballo", Marchena en la serie "Los desastres de la guerra"
(Camus, 1983).
"Madrid será la tumba del
francés, se decía", un oficial español ("Los desastres de la
guerra", Camus, 1983)
Momentazo de Napoleón ante un
retrato de Felipe II hablando de cómo derrotar a los ingleses.
"¿Son las libertades algo
que se concede o que se conquista?", Goya en "Los desastres de la
guerra" (Camus, 1983).
Daniel Aquillué
Domínguez
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