“Sólo con
dar una ojeada a la documentación que se ha conservado de fechas cercanas al
año mil percibimos un cierto tono femenino. Si nos ponemos a analizar su
presencia en profundidad nos daremos cuenta de que ellas no solamente están,
sino que tienen acento y voz acento propias”, Teresa Vinyoles Vidal.
“Para mí no había duda de que en el Aragón bajomedieval
habían existido mujeres sabias, mujeres que eran más que letradas, más que
poderosas, mujeres con una autoridad y buen criterio reconocido, valorado y
respetado pública mente”, Carmen García Herrero.
La recreación histórica está en constante evolución
y mejora, buscando nuevas cuestiones que reconstruir y divulgar. La
última edición de la recreación histórica de Foces 2019 hemos centrado en
conflictos del siglo XIII, por motivos heráldicos y de pastos. La
resolución de los mismos, cuando iba a llegar al derramamiento de sangre entre
las mesnadas de los dos señores, se resolvió por medio del arbitraje de una
mujer. Y es de esto de lo que voy a hablar en las siguientes líneas. Una
vez más, ha sido toda una delicia llevar a recreación un pedacito de las enseñanzas
de Carmina García Herrero. No me cansaré de recordar aquellas clases de “Cultura
y mentalidades en la Edad Media” e “Historia económica y social de la Edad
Media”.
En la cultura popular sigue persistiendo una visión de la Edad
Media en el que la mujer estaba totalmente oprimida y encerrada en el hogar o el convento, sin ningún
tipo de poder, salvo excepciones, como la heroína Juana de Arco o la reina
Isabel la Católica. En algunos casos, en Aragón alguien recuerda el dicho de “más
vale ser viuda en Aragón que reina en Castilla”, para poner en valor los
derechos forales que protegían a las viudas aragonesas del medievo. Pero a
pesar de los notables trabajos de profesionales de la Historia, como la
citada Carmen García Herrero (se pueden consultar algunas de sus obrasonline), en donde se habla de artesanas, parteras, árbitras, reinas…, persiste
en gran medida una mirada, construida por el historicismo burgués decimonónico,
en el que retrospectivamente convirtieron a las mujeres medievales en ideales
de “ángel del hogar”.
Si a raíz de Foces 2018 hablamos de parturientas y parteras
(enlace), con ocasión de la recreación de Foces 2019 hablamos de mujeres con
poder que ejercieron de árbitras y mediadoras en la Edad Media. En esta
recreación hemos elegido a Doña Godo de Foces como uno de los personajes
principales, en el papel de árbitra y mediadora entre dos banderías feudales rivales.
Y es que, Godo, del linaje Foces (familia muy importante en el Aragón de Jaime
I y Pedro III), fue abadesa de la Encomiendo de la Orden de San Juan del
Hospital de La Almunia, Cabañas, Alpartir y Grisén en la segunda mitad del
siglo XIII. Cumplía requisitos para que se le reconociera poder, carisma y
autoridad, por su familia Foces, por su estatus social de noble, y por
su condición religiosa como abadesa.
Todo ello está basado históricamente en multitud de casos
de mujeres que ejercieron el poder en la Edad Media, ya fueran reinas,
nobles o abadesas. Hasta el siglo XV hubo una activa participación de la mujer
en la economía, el derecho y la sociedad en general. Como señala la
historiadora Teresa Vinyoles, para los siglos X y XI, “las mujeres de
los grupos dominantes ejercen el poder al lado de sus maridos, pero también las
vemos actuar solas en vida de los mismos”, como por ejemplo Toda
Galíndez, condesa de Ribagorza; Ermesenda de Barcelona, condesa de
Barcelona, que presidía juicios en la ciudad condal; o Arsenda de Urgell
que participó en la conquista, repoblación y pacificación de los territorios
del condado a mediados del siglo XI. Para los siglos XII y XIII destacan, en
la Península Ibérica cristiana, mujeres de la realeza como Sancha
Raimundez, consejera de su hermano el rey Alfonso VII de Castilla y León y
mediadora política entre sus sobrinos o Berenguela de Castilla. Junto a ellas,
religiosas como la priora de Sijena (Orden del Hospital)
que mandaba sobre la rama femenina y masculina, la abadesa de las Huelgas
Inés Laynez que mantuvo controversias con el Papado y los obispos, o María
Fernández, del, monasterio benedictino de San Pedro de Ramirás. Ya a
comienzos del siglo XV encontramos a María de Castilla, reina de Aragón,
evitó la fallida batalla de Cogolludo en
1429, presentándose en el campo de batalla e impidiendo el derramamiento de
sangre entre Álvaro de Luna y los infantes de Aragón. Y fuera del ámbito
hispano, las más famosas son la reina Leonor de Aquitania (1122-1204)
e Hildegarda de Bingen (Sacro Imperio Romano Germánico, 1098-
1179) abadesa, compositora, escritora, filósofa, mística, líder monacal,
médica, profetisa y consejera del Emperador Federico II Barbarroja.
Una vez dejada clara la presencia e intervención de las mujeres
medievales, vayamos con el arbitraje y las mujeres que lo ejercieron. Para
ello, sigo las investigaciones de García Herrero, quien señala como “mediante
el arbitraje, las partes, de común acuerdo, con fían la resolución de sus
diferencias a uno o más árbitros, a quienes dotan para la ocasión de un poder
extraordinario, puesto que se encuentra limitado en el tiempo y afecta sólo
a las materias sometidas a su juicio”. Esta vía de resolución de conflictos era
un juicio privado, que se podía simultanear con la justicia oficial e
institucionalizada, pero que era a menudo más rápido y flexible. Este
tipo de “justicia privada por arbitraje gozó de enorme extensión y
predicamento en el Reino de Aragón” durante la Baja Edad Media. También
existía en otros lugares. El historiador Bouchat lo ha estudiado para la Lieja
del siglo XIII, localizando a mujeres investidas de autoridad moral por dos
partes en conflicto para ejercer justicia privada.
Carmen García Herrero ha puesto nombre a doce árbitras
aragonesas bajomedievales (Doña Violante Manent, Doña Leonor Ruiz, Doña
María Jiménez de Liñán…). “Todas las árbitras, sin excepción, gozaron de
autoridad y prestigio, fueron mujeres influyentes y, en algunos casos, muy poderosas”.
Actuaron en casos de testamentos, deudas, herencias, enfrentamientos de
bandos…
Así pues, una vez más, el grupo Feudorum Domini junto
a otros recreadores y recreadoras, con la ayuda del pueblo de Ibieca, hemos
recreado otro pedacito de la Historia, interesante y rica en su complejidad.
Daniel Aquillué Domínguez
BIBLIOGRAFÍA:
- CANELLAS, Ángel: Colección diplomática de La Almunia de Doña Godina, 1176-1395, Institución Fernando el Católico, Zaragoza, 1962.
- GARCÍA HERRERO, María del Carmen: “Árbitras, arbitradoras y amigables componedoras en la Baja Edad Media aragonesa”.
- Peláez Fernández, Palmira: “Mujeres con poder en la
Edad Media: las órdenes militares”, Cuaderno de Estudios Manchegos, 34
(2009), pp. 169-207.
- SEGURA GRAIÑO, Cristina: “Las mujeres mediadoras y/o constructoras de la paz”, en ARRANZ GUZMÁN Ana et alii (coords.): Guerra y paz en la Edad Media, Sílex, Madrid, 2013, pp. 421- 438.
- VINYOLES VIDAL, Teresa: “Mujeres del año mil”, Aragón en la Edad Media, 17 (2003), pp. 5-26.
FOTOGRAFÍAS: Luis Sorando López, Asociación
Feudorum Domini.
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