15 de junio de 1808, inicio del Primer Sitio de Zaragoza con la batalla de las Eras




El 24 de mayo, la población zaragozana se había sublevado contra la autoridad godoista y pro-bonapartista. El líder que pusieron al frente de la rebelión era José Palafox, un militar de corte y con mentalidad dieciochesca que salió a campo abierto con “ejércitos” aragoneses improvisados, siendo derrotados en Tudela, Mallén y Alagón por las tropas napoleónicas.

Sin embargo, para asombro de generales franceses y españoles, el 15 de junio de 1808, Zaragoza resistió el asalto de las armas napoleónicas. Fue la conocida como batalla de las Eras. Daba comienzo del Primer Sitio de Zaragoza que pronto sería objeto de mitificación. Y es que, sin murallas, sin ejército, sin general, los zaragozanos y zaragozanas resistieron el embate del considerado mejor ejército del momento aquel 15 de junio de 1808.

La batalla de las Eras tuvo lugar en lo que hoy es Paseo María Agustín y Paseo Pamplona. A continuación, copio algunas líneas de la narración que hizo Faustino Casamayor:

“Muy por la mañana se dio aviso de que los franceses, ufanos con la victoria, se iban acercando a Zaragoza, con cuya noticia se alarmó todo el vecindario para esperarlos y oponer todos los obstáculos para incomodarlos tocándose generala.
(…) Antes de la una del día se acercaron las tropas francesas a las puertas de esta ciudad, bajando por Torrero y Santa Bárbara con todo su ejército a las órdenes del general Lefebvre, e inmediatamente se les hizo fuego con el mayor ardor por nuestra parte con los cañones colocados en las puertas del Portillo, Carmen y Santa Engracia.
(…) Los muertos franceses pasaron de 700, y de nuestra parte hubo bastantes (…)”.



Tras ello, el general francés hubo de planear otro modo de atacar la ciudad, en la cual había esperado celebrar el Corpus el día 16 de junio. No consiguió cercar completamente todo el perímetro, ya que, por el norte, por el Arrabal, Palafox entró con refuerzos. El 2 de julio y el 4 de agosto hubo otros dos grandes asaltos. En el último, las tropas invasoras llegaron hasta el Coso. Junto a todo ello los bombardeos, la incertidumbre, las noticias, los rumores, la justicia popular, las salidas de Palafox, el miedo, los desastres de la guerra.




Daniel Aquillué

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