Se podría decir que es tan diferente
y excepcional como la de cualquier otro país.
Si
nos retrotraemos a la Monarquía Hispánica, aquella monarquía compuesta de los Austrias,
no difería gran cosa de otros entes políticos. Cambiaban tipos de cristianismo
(protestantes o católico) pero todas el poder político y religioso estaban muy
unidos, había persecución a la disensión religiosa y/o política y se daban
guerras en nombre de la fe. A la vez, no eran bloques religiosos homogéneos y
estáticos, sino que había márgenes para la heterodoxia y el desarrollo
científico y humanístico. En lo político y económico, el tardofeudalismo con
sus estructuras de poder compuestas y el incipiente desarrollo capitalista se
dieron igualmente en distintos territorios europeos.
Llegado
el siglo XVIII y el XIX, con el despertar nacional, España vivió su revolución
liberal, con todo lo que ello implicó: resistencias contrarrevolucionarias,
desarrollo capitalista, construcción del Estado Liberal, procesos de
nacionalización, guerras civiles, Romanticismo… igual que cualquier otro país a
ambos lados del Atlántico.
Dejo
enlace a un artículo que escribí
sobre el tema en “PuntoyComa”:
Y
voy a hacer una recomendación de tres lecturas al respecto:
- Townson, Nigel (dir): ¿Es España diferente? Una mirada comparativa (siglos XIX y XX), Madrid, Taurus, 2010.
- SANTIRSO, Manuel: España en la Europa liberal (1830-1870), Barcelona, Ariel, 2012.
- CASANOVA, Julián: Europa contra Europa (1914-1945), Barcelona, Crítica, 2011.
PD.:
Como se acerca el 12 de octubre, día
en que la cultura popular exalta simplismos sobre una rebatida España de Leyenda
Negra y otros de una trasnochada Leyenda Civilizatoria, dejo otro artículo al respecto:
Daniel
Aquillué Domínguez
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