El 20 de febrero de 1809 se firmó
la capitulación de Zaragoza ante el ejército napoleónico. El día 21 entregaron
sus armas 12000 de sus defensores y defensoras. Terminaba un terrible Segundo
Sitio. Un cuadro de 1893 del pintor francés Maurice Orange lo refleja, ¿qué
representa exactamente?
El cuadro nos traslada al momento exacto de cumplirse el punto 1 de la capitulación firmada entre el mariscal Jean Lannes y la Junta zaragozana: “La guarnición de Zaragoza saldrá mañana 21 al medio día de la ciudad con sus armas por la puerta del Portillo y las dejará a 100 pasos de dicha puerta”.
A la derecha observamos a la infantería
de línea francesa impávida, con arma al brazo, vestida con capote en aquel frío
invierno de 1809. Ante ellos, las armas y correajes entregados: fusiles,
pistolas, hachas, sables, cartucheras… Hasta un morrión de granadero.
Al fondo, la ciudad de Zaragoza
en ruinas. Casas destrozadas, una iglesia, que quiere simular al Portillo, con
impactos de artillería. Aún se ve el humo de los incendios provocados por el
bombardeo.
En el lado izquierdo vemos en
pequeño al mariscal Jean Lannes, jefe de las tropas sitiadoras, ojito derecho
de Napoleón. Le flanquean un coracero y un cazador a caballo.
El centro de la escena lo ocupan
quienes han defendido numantinamente Zaragoza. El autor pretende transmitir sentimientos:
resignación, ira, desafío, abatimiento, agotamiento. La comitiva la encabezan
clérigos, uno de los factores de la resistencia. Un detalle curioso es el Cristo
con tejadillo, más propio del norte de Europa que de España.
Con bicornio y casaca amarilla con vueltas rojas identificamos a dos soldados de caballería del regimiento Dragones del Rey. Estos tuvieron una actuación militar cuestionable en los Sitios.
Sobre el hombro de un cura se
apoya un soldado con casaca roja con vueltas azules. Lo podemos identificar
como uno de los Fusileros del Reino de Aragón, comandados por los hermanos
Torres, y claves en la defensa.
También podemos identificar otros
soldados, como un granadero con su morrión, un cazador de caballería de Olivenza
con su chacó, un Voluntario de Aragón con bicornio y casca azul oscuro con
vueltas rojas.
Aparece una bandera, rojigualda.
Esto podría ser un anacronismo, puesto que esta fue adoptada por el ejército
español en 1843. O bien podría ser la bandera de la nueva y efímera unidad
creada en 1808 en Valencia de Cazadores de Fernando VII.
Por último, los civiles, hombres y mujeres, pilar de la defensa zaragozana. Aparecen con diversos atuendos, heridos, con mirada altiva a pesar de la miseria y derrota. Uno lleva barretina catalana. Destaca una mujer con un bebé, posiblemente Agustina de Aragón.
Para saber más de los Sitios de Zaragoza: Daniel AQUILLUÉ: Guerra y cuchillo. Los Sitios de Zaragoza 1808-1809, La Esfera de los Libros, 2021.
Daniel Aquillué Domínguez
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