"Frente al cuñado español facha que habla de los 100.000 millones de muertos que provocó el comunismo, se encuentra el cuñado español progre que contraataca con los 100.000 millones de muertos que provocaron los conquistadores en América" señalan los historiadores de Ad absurdum en su Historia absurda de España (2017).
Y no les falta razón. Es difícil hablar de los siglos XV a XVII sin que unos u otros te llamen leyendanegrista antiespañol o colonialista genocida. Hablar de la Edad Moderna hispana se está poniendo al mismo nivel de polémica casi que hablar de la (última) Guerra Civil española.
La visión idílica de la leyenda rosa ha sido reforzada recientemente por el fenómeno rocabareísta (que hasta tiene etiqueta en redes #rocabareismo) y, a su vez, en retroalimentación, para combatirlo, hay quienes en vez de recurrir a la Historia, han vuelto a leyendas negras.
Lo que hay que hacer es explicar los contextos históricos, los procesos de conquista y explotación del tardofeudalismo y protocapitalismo, las diferentes posturas en la sociedad del momento respecto a los nativos americanos, desmitificar y dejar de hablar de una historia de héroes y villanos etc. Esa es labor de los historiadores. La Historia es suficientemente rica, compleja e interesante sin recurrir a fantasías, leyendas y héroes.
Y ni hablar de las Leyes Nuevas de Indias te convierte en torticero rocabareista ni analizar las violencias de los conquistadores y encomenderos te vuelve en malvado colonialista. Tanto la legislación de la Corona y los discursos eclesiásticos que intentaron proteger a los nativos americanos como las resistencias de los encomenderos a acatar y su represión son caras de la misma moneda, ambas cosas coexistieron, porque hubo una amplia gama de grises.
Pero hay gente que sigue empeñada en coger solo un eje de interpretación histórica y representarse fantasiosamente el pasado. Los unos con un Imperio español y unos tercios cual ejército nacional que nunca existieron, pues en ese tardofeudalismo lo que existía (en la Península Ibérica y todas partes) era una monarquía compuesta y polisidonial (gobierno por Consejos) con ejércitos a sueldo del Rey, de nobles o concejos. Los otros con un genocidio que no fue tal y una Inquisición sobredimensionada como si de un estado fascista del XX se tratara; pero genocidio es un concepto que se refiere a un exterminio sistemático sobre una comunidad, cuando se ha demostrado que los conquistadores hispanos siguieron los medios de la guerra feudal peninsular y las grandes mortandades americanas se produjeron por enfermedades, mientras que la Inquisición española, fue una institución monárquica más que religiosa, con bastantes menos ejecuciones de las que se le presuponían.
Todo esto se encuentra en el candelero por la reciente retirada de una estatua de Colón de la ciudad (de origen español) de Los Ángeles, en Estados Unidos, estado-nación nacido de dos guerras civiles, dos guerras de invasión contra México y una guerra de exterminio y expulsión de los nativos americanos entre fines del XVIII y el siglo XIX. La estatua de la polémica fue erigida en los años 70 del siglo XX por la comunidad italo-americana. En esos años, el mundo anglosajón estaba afanado en descubrir que fueron los vikingos los primeros europeos en llegar a América, en torno al año 1.000. Esto se ha demostrado con la excavación de yacimientos arqueológicos, está fuera de duda y es conocido. Tras la investigación histórica había, sin embargo, intereses de sectores anglosajones estaudonidenses que querían crear una línea histórica que vinculara Estados Unidos con los escandinavos y así desligarse del pasado hispano y de Colón. En ese contexto se erigió la estatua, como respuesta latina a los anglosajones. Y ahora, un alcalde anglosajón la retira haciéndose eco de un relato identitario basado en argumentos historicistas basados en muchas leyendas y poca historia, volcando problemas de desigualdades presentes que tienen su origen en los siglos XIX y XX sobre un personaje del siglo XV que se pegó la mayor parte de su vida en un barco, parte intrigando en la corte de Fernando e Isabel, y a ratos intentando hacer negocio (frustrado por la Corona) con la esclavitud de antillanos.
Sobran relatos identitarios presentistas usados como armas políticas y faltan análisis e interpretación (y rigurosa divulgación) histórica.
Nota 1: Sobre estos temas ya escribí: Cada 12 de octubre...
Nota 2: Sobre la "Hispanidad" estaba pensando que puestos a resignificar el concepto, la verdad es que la auténtica hispanidad no fue la del XVI sino la de 1812, cuando representantes, más o menos electos, de ambos hemisferios elaboraron una Constitución que convertía en Ciudadanos españoles libres e iguales a hombres de ambos hemisferios.
Daniel Aquillué
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